EL VIENTO CAMBIA EN EL FESTIVAL PABLO CASALS

Con una fuerte historia ligada a la personalidad generosa y comprometida de su creador, el violonchelista, director de orquesta y compositor catalán Pablo Casals, este Festival iniciado en 1950 se ha convertido desde hace 70 años en el cantor de un género musical intimista y delicioso, la música de cámara. Pierre Bleuse asume las riendas con felicidad y emulación, sucediendo a Michel Lethiec que lo dirigía hasta entonces, movido por el deseo de insuflar a su ADN primero un nuevo impulso en relación con las mutaciones del mundo y la tendencia actual a la transdisciplinariedad de las Artes. Inspirado por el tema de la metamorfosis, el nuevo Director Artístico desea en efecto, permaneciendo fiel a los ideales y valores de Casals, inventar una nueva fórmula que haga entrar este festival en una era nueva y próspera donde se afirmen igualmente ancla territorial y proyección internacional, músicos emergentes y confirmados, dinámica artística y alcance social. Situado en Prades, a los pies del macizo del Canigó en los Pirineos Orientales, el Festival Pablo Casals desplegará este año sus conciertos, máster class, encuentros y talleres para niños al medio tiempo del verano. También pretende desarrollar al año una oferta cultural y pedagógica en colaboración con un panel de Escuelas Superiores de Música de renombre, en Francia y en el extranjero, que apoyan este proyecto unificador que honra los talentos de la juventud.

Si los más grandes músicos de la escena clásica actual son invitados a compartir su arte, la emergencia es el corazón de la nueva cara del Festival, apoyada por un dispositivo de ayuda y de residencia que permitirá valorizar y acompañar a los talentos prósperos seleccionados. Entre otras novedades, la creación de la orquesta de cámara del Festival, agrupando a estos jóvenes instrumentistas con músicos de talla internacional que los acompañarán. La gama de piezas interpretadas será voluntariamente amplia. Las partituras imprescindibles del repertorio clásico se alternarán con obras modernas y contemporáneas para abrir los campos de exploraciones musicales.

Los conciertos se desarrollarán como de costumbre en los lugares emblemáticos del Festival, testigos arquitectónicos de la riqueza patrimonial de esta sublime región catalana. También trabajamos mano a mano con restauradores, productores locales y viticultores para combinar el placer estético con la gastronomía. Además de los emblemáticos escritos en los conciertos, se inaugurará por primera vez una nueva sala, el Club que acogerá en “after” conciertos de jazz, música contemporánea y electrónica. En efecto, es muy importante crear puentes entre los géneros y los universos para que la diversidad del público se encuentre en la pluralidad de las propuestas. El Festival desea hablar con todos y aspira a la excelencia en todas sus facetas, favoreciendo al mismo tiempo el acceso al mayor número posible de personas..